El catequista ha de presentar la oración como un diálogo confiado, sereno y cotidiano, que se puede realizar en medio de las actividades del día, en todas las situaciones y lugares. Esta actitud orante ha de reforzarse con momentos puntuales de oración que la fortalezcan y animen, como son las oraciones al levantarse y acostarse, antes de los alimentos y/o al iniciar una actividad, por ejemplo, la jornada de estudio.
MATERIAL DE APOYO:
- Recortable: Niños haciendo oración antes de acostarse.
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